Wearables para nuestros bebés
A veces es sorprendente ver cómo los dispositivos móviles y los gadgets en general pueden alejarnos de nuestra propia intuición y de nuestro conocimiento sobre nosotros mismos. Por ejemplo, necesitamos relojes inteligentes que calculen cuántos pasos damos al día para saber (o confirmar) que realmente no estamos haciendo suficiente ejercicio. Pero en el fondo ya sabíamos previamente que teníamos una vida sedentaria. En este caso, el reloj inteligente nos lo confirma y así podemos decidir actuar para poder cambiar esta realidad. Lo mismo ocurre con otro tipo de apps, como la que reseñamos recientemente para saber quién nos hace sentir mal, quién nos hace sentir estresados, alegres… Hace un tiempo también hablamos de Mimo, un ‘wearable’ conectado a una app que nos permitía saber qué tal está durmiendo nuestro bebé.
Saber qué hace nuestro bebé en todo momento
Hoy hablaremos de otro de estos dispositivos que nos permiten saber en todo momento qué hace nuestro bebé, cómo respira, cuántas veces se despierta… Se trata de MonBaby, un dispositivo que podemos ‘incrustar’ en cualquier prenda de ropa del bebé. El dispositivo en cuestión envía información a una app. De esta manera, podemos saber en todo momento desde la app si el bebé se está moviendo o no, cuánto hace que no se mueve, cómo respira, si está colocado de espaldas…
Cuando desplazamos nuestro poder
Este tipo de dispositivos vienen a reinventar los gadgets para monitorear bebés. Hablamos de los de tipo ‘altavoz’ que nos permitían escuchar lo que estaba pasando en la habitación donde está el bebé, luego los más avanzados que cuentan incluso con webcam para saber cómo está… La diferencia entre los ‘antiguos’ dispositivos para monitorear bebés y este tipo de dispositivos nuevos es que contamos con una app que nos alerta en diferentes circunstancias. Desplazamos la valoración de lo que está pasando. Es decir, en vez de escuchar a través del monitor la respiración del bebé y darnos cuenta de que hace rato que no se despierta, lo que hacemos es esperar que la app nos alerte de que hay poco movimiento. Es curioso porque no deja de ser una acción de dar poder a un programa (software) que antiguamente teníamos nosotros. Esto no sólo está pasando en este tipo de dispositivos, cada vez ofrecemos y otorgamos más poder que solíamos ostentar a programas informáticos que no dejan de estar programados mediante un algoritmo creado por un humano o un equipo de humanos. En realidad, si seguimos con esta tendencia cada vez veremos más aspectos de nuestras vidas decididos por un programa. Por ejemplo, ¿tengo que salir a andar hoy o no? ¿tengo que hacer dieta? ¿me conviene estar con esta persona? ¿qué me falta por comprar de comida esta semana? ¿cuándo es mejor comprar billetes de avión? ¿cuándo es mejor que escriba por whatsapp a mi novia? Podemos imaginarnos multitud de decisiones que tomamos en nuestro día a día, tomadas ya por ordenadores.