El amor se mide por cuántas fotos publicamos de nuestros seres queridos
Desde que volví de vacaciones que ya no entro tanto a Facebook. De hecho, no entro nada más que para mirar los mensajes y justo Facebook nos medio-obligó (desconozco si ya es obligatorio) a usar su Messenger App y en el móvil no tengo ni que abrir la app de Facebook para poder leer los mensajes. Por este motivo no me enteré de la muerte de Robin Williams justo cuando ocurrió. Me he enterado esta mañana, de manera aleatoria. He empezado a investigar y he leído la noticia publicada en El País.
Me ha parecido realmente interesante este ir y venir de enlaces, las inserciones que se hacen de lo que comentan otros en redes sociales e incluso el enlace a la última foto que Robin Williams publicó en su instagram: un mensaje de felicitación a su hija. Lo que más me ha llamado la atención ha sido la foto de instagram, como si a través de esa última foto publicada pudiéramos conocer más las circunstancias de la muerte del actor. Del instagram de Robin Williams he ido a la cuenta de su hija, Zelda Williams, ya que Robin la ha había enlazado en la propia foto. Ahí me he sentido un poco extraña: ¿Qué estoy haciendo? Pero he seguido. Y me he encontrado con mensajes de fans apoyando a Zelda y también con mensajes desagradables de usuarios que en vez de callar o apoyar a la hija del actor, aprovechan la ocasión para juzgar, criticar y hacer daño.
El amor se mide por cuántas fotos publicamos de nuestros seres queridos
Particularmente me ha llamado la atención lo que ha ocurrido con el usuario @sik3500 de Instagram. Aparentemente hizo un comentario en el que juzgaba el nivel de amor que Zelda Williams tenía hacia su padre por cuantas fotos ella había subido de él a Instagram. Según este usuario, el amor hacia nuestros seres queridos y amigos se puede medir y la unidad de medida es cuántas fotos hemos subido de ellos. Así, si subimos 20 fotos de nuestro gato y 1 de nuestra madre se entiende que queremos a nuestro gato 20 veces más que a nuestra madre. Los seguidores de Zelda no han dudado en hacer comentarios despectivos hacia @sik3500, hasta el punto que el usuario volvió a comentar diciendo que por favor pararan de hacerle bullying a su cuenta, que se había visto obligado a poner su usuario como privado y que no iba a echarse atrás en lo dicho.
La siguiente actualización en Instagram de Zelda fue un mensaje diciendo que estaba pensando en borrar esa cuenta y que iba a dejarla por un tiempo. Aprovechó también para comentar que no se puede medir el amor de una hija por su padre a través de las fotos que esta tiene en sus redes sociales de él. Comenta:
There are a couple throughout, but the real private moments I shared with him were precious, quiet, and believe it or not, not full of photos or ‘selfies’. I shared him with a world where everyone was taking their photo with him, but I was lucky enough to spend time with him without cameras too. That was more than enough, and I’m grateful for what little time I had. My favorite photos of family are framed in my house, not posted on social media, and they ‘ll remain there. They would’ve wound up on the news or blogs then, and they certainly would now.
Las fotos que realmente importan están en casa, enmarcadas, guardadas. De manera privada. No se encuentran en el dominio público, en internet. El usuario sik3500 confundió nuestra vida en las redes sociales (“imagen pública”) con nuestra vida privada. No tienen por qué coincidir. De hecho, es imposible que coincidan al 100%. La manera que tenemos de comunicarnos en redes sociales no puede sobrepasar nunca a la manera que tenemos de comunicarnos cuando interactuamos de tú a tú, sin ningún intermediario. El canal de comunicación es muy diferente. Además, los mejores momentos de nuestra vida no son fotografiados (o no tienen por qué). Pensémoslo: si estamos absolutamente felices por un momento genial… ¿lo dejaremos para hacer una foto?
Después de unas horas el usuario sik3500 volvió a dejar un comentario:
@zeldawilliams I sincerely apologize from the bottom of my heart for my comment. I’m tossing and turning unable to sleep as I’m getting so much hate from every angle on this platform. I hope you find it in your heart to forgive me. It was not my intention to cause you to write this letter when you need absolutely nothing to explain. As you said the best moments in life are the ones lived at that moment and not photographed. May the God of Abraham be with you and your family in these hard moments.
Aparentemente ha reflexionado, en parte gracias a la nueva entrada de Zelda en la que decía que iba a dejar Instagram, pero también por el “ataque” que los usuarios de Instagram le estaban haciendo dejando comentarios de odio hacia él. La pregunta es: ¿si este usuario no hubiera recibido comentarios de odio hasta la saciedad, habría cambiado de opinión respecto a su primer comentario? ¿estamos promoviendo una sociedad en la que juzgar y criticar -sin pensar- es muy fácil precisamente gracias a la inmediatez que proporcionan las redes sociales?
Es evidente que personas que piensan así han existido siempre. No es que las redes sociales creen este tipo de personas. Lo que ocurre es que estas personas pueden expresar sus pensamientos a través de las redes sociales, ofrecer sus críticas y sus juicios a través de ellas y sobre ellas. Si sik3500 hubiera sido un conocido de la familia, podría haberle espetado a Zelda lo siguiente: “No quieres a tu padre porque no lloraste lo suficiente en su funeral” (es sólo un ejemplo). Y esa sólo sería una manera diferente de expresar el mismo reproche. Lo que sorprende aquí es la exposición y la vulnerabilidad que tenemos cuando estamos en redes sociales y, en definitiva, en internet.