La era de la pantalla en Michael Jackson "The Immortal World Tour" del Cirque du Soleil
El jueves pasado estuvimos en el espectáculo dedicado a Michael Jackson del Cirque du Soleil: “Michael Jackson The Immortal World Tour”. Ya habíamos visto (o experimentado) espectáculos del Cirque du Soleil anteriormente y este fue el primero que vimos dedicado a una figura externa. El espectáculo se llevó a cabo en el Palau Sant Jordi, había comida, palomitas… todo nos indicaba que estábamos ante un gran espectáculo de masas. Parecía que estuviéramos en el cine.
Varias realidades virtuales fusionadas con el espectáculo
Lo que más me sorprendió de todo, dejando aparte la genial destreza de los actores, bailarines y músicos, fue la aplastante presencia de las pantallas. En el escenario había varias de ella. A veces se levantaban y los bailarines podían trepar por ellas, otras veces bajaban y bailaban encima de ellas, otras veces se escondían, otras veces se movían hasta conseguir convertirse en una escalera… Además de estas pantallas movibles, había una gran pantalla donde se proyectaba mediante dos proyectores. Los bailarines, así, quedaban inseridos totalmente dentro del mundo de las pantallas y estas ejercían de fondo o de significado para el espectáculo. Que había que contar la vida de Michael Jackson: pantallas. Que había que añadir más ‘efectos’ a la obra: pantallas. De esta manera, se introducía una o varias realidades en un mismo espacio. Como Lev Manovich dice:
Visual culture of the modern period, from painting to cinema, is characterized by an intriguing phenomenon: the existence of another virtual space, another thredimensional world enclosed by a frame and situated inside our normal space. The frame separates two absolutely different spaces that somehow coexist. This phenomenon is what defines the screen in the most general sense, or, as I will call it, the “classical screen.”
Seguimos en la era de la pantalla
Esta entrada no pretende ser ninguna crítica, sólo una reflexión sobre la presencia cada vez más dominante de las pantallas en nuestras vidas. El uso que hizo el Cirque du Soleil de las pantallas demuestra que estas no están sujetas a servir de soporte para las tareas más prosaicas de nuestra sociedad como puede bien ser la función que ejerce una pantalla en una oficina o la función que ejerce una pantalla en la sede de la bolsa o la función que ejercen la mayor parte del tiempo los televisores. Las pantallas pueden apoyar un espectáculo de una gran sensibilidad artística y pueden enriquecerlo hasta el punto que el público no distingue entre lo que muestra la pantalla y lo que ve en la realidad, fusionando totalmente la tecnología -la pantalla- con la obra de arte.