Leer se ha convertido en una experiencia diferente
Somos la nueva generación de lectores
Hace un año, en la feria del libro de fotografía y de artista de Hamburg (Hamburg Photo+Art Book) en la que asistimos como feriantes con Atem Books, compramos un libro realmente inspirante tanto a nivel de diseño gráfico, como a nivel de concepto y, finalmente, por el propio contenido del libro. Este libro es I read where I am. Podéis encontrar el libro colgado íntegramente en internet en este enlace: ireadwhereiam.com.
Cómo consumimos y producimos la información del siglo XXI
Este libro, promovido por el Graphic Design Museum (ahora Museum of the image), quiere ser un primer acercamiento a la investigación de los hábitos de los lectores del siglo XXI y cómo se diseña la información que se lee. Para ello, preguntaron a 82 expertos de diferentes ámbitos (escritores, artistas, críticos, diseñadores,…) que escribieran notas, observaciones y reflexiones sobre cómo consumimos y producimos información hoy en día. El resultado es un libro lleno de reflexiones que nos servirán de punto de inicio a muchas otras reflexiones.
Somos la nueva generación de lectores
El libro empieza con la frase We are street readers. Toda una declaración. Ya no leemos sentados en un sillón, ya no leemos en una biblioteca,… Ahora leemos constantemente. Somos lectores en la calle, somos lectores en cualquier parte. Leemos allí donde estamos. Somos la nueva generación de lectores. Como dice el libro:
We are the new generation of readers. Not dumber, just faster. We whiz through three lives at once. Let’s be honest: reading has become a different experience. […] We are info junkies. Information has become a consumer product because it is linked to the form in which it appears. New platforms and formats are appearing with greater frequency on the market. Text, video, sound, and graphics intermingle. Everybody is busy answering, uploading.
Y ya no sólo somos lectores, somos también productores. En la introducción se nos dice: todo el mundo está ocupado subiendo información a internet. Es lo que suele llamarse prosumers. Los lectores de hoy en día no se contentan con leer, recibir información y permanecer callados. Ahora necesitan producir información, subirla a internet y establecer conversaciones. Es el fin del monólogo.
Reflexiones de una lectora: Emma Llensa
Así, si leemos allí donde estamos, podemos hablar de una ubicuidad de la lectura. El lector de hoy en día lee todo el día. Está acostumbrado a recibir información de todas partes. Está acostumbrado a producir información. En este espacio, ¿Cómo conviven los libros?, ¿Cómo conseguir que los lectores dejen todos los aparatos tecnológicos a un lado y decidan dedicar unas cuantas horas a leer un libro, concentrados? Yo misma, antes de ponerme a escribir esta entrada del blog, me encontraba en el sofá leyendo un libro impreso. Me gusta la sensación, me encanta. Pero tenía la necesidad constante de apuntar todo lo que leía para luego transformarlo y convertirlo en información. Me he tenido que parar durante un rato, pero luego las ganas han sido irrefrenables y de golpe me encuentro aquí, delante del ordenador, produciendo información para que la leáis y para que tengáis la misma necesidad que yo.
Quizá sí, somos una nueva generación de lectores, inquietos, con ganas de decir lo que pensamos, con ganas de expresar nuestras reflexiones. Quizá debería aprender a quedarme quieta. Pero la verdad es que siempre he sido así - la diferencia es que ahora tengo medios y un canal donde expresar toda esta inquietud. Quizá siempre hemos sido así. Cuando leía libros para la universidad hacía lo mismo. Ya fuera Kant, Schopenhauer o Aristóteles. Tendía a distraerme. A apuntar cosas en los márgenes de los libros. A unir La Emboscadura de Jünger con El malestar en la cultura de Freud y construir un discurso totalmente nuevo. ¿No es lo que hacemos hoy en día? ¿No vamos de un tema a otro sin parar, construyendo discursos constantemente? ¿No hacemos avanzar la cultura de esta manera? Quizá no producimos pensamientos muy profundos, quizá no convertimos nuestras reflexiones en tesis doctorales de 400 páginas, pero el pensamiento es profundo y veloz a la vez, el pensamiento nos permite volar. Vamos de aquí a allá. Somos pensadores multidisciplina. En realidad, me siento como en un abismo. Me encantaría ser capaz de sentarme en el sillón y leer durante 8 horas seguidas un libro, como hacía antes. Pero ya no soy capaz. ¿Qué soy? ¿Soy menos inteligente? ¿Tengo menos capacidad de concentración? ¿Internet me ha convertido en alguien incapaz de realizar pensamientos profundos? No lo sé. Estaría bien investigarlo.
Emma, totalmente de acuerdo contigo en la experiencia que compartes.
Cualquier intento de racionalización empieza por la escritura o queda en una mera lluvia de información. Pero fíjate cómo cuando estudiamos matemáticas la materia enseguida nos reclama papel y lápiz.
Creo que la única diferencia es que tendremos que aprender a ser más disciplinados para no saltar de un tema a otro hasta perder el hilo, lo que por otro lado facilita el poder escribir. De este modo fijamos aquella idea que nos interesa para poder reflexionar sobre ella.
También es posible que se genere mucha información inútil, pero en definitiva, para estuvieron siempre las papeleras 😉
Tienes razón… También supongo que los maestros tendrán que esforzarse en encontrar maneras para ayudar a las nuevas generaciones a concentrarse Una nueva teoría de la pedagogía en la era de la información.
Y, claro está, el papel y el lápiz se siguen y se seguirán usando: hay cosas que nunca desaparecerán.