¿Por qué innovar en el sector editorial?
Lo podemos plantear desde varios puntos de vista:
- El del gerente de la empresa editorial
- el de los autores
- el de los distribuidores
- el de los lectores
- el del sector cultural
- el del sector cultural que forma parte de una tradición europea
Cada perfil de persona puede tener sus puntos de vista acerca de si es positivo o no innovar. Por ejemplo, las grandes editoriales que han conseguido configurar a lo largo de los años un modelo de negocio propicio para poder tener muchos beneficios [hablamos de editoriales como Planeta], puede no interesarles la innovación, porque su sistema ya funciona. En este sentido, este tipo de editoriales gigantes pueden hasta estar interesadas en la no-innovación para poder seguir sacando rendimiento de sus publicaciones. Sé que no debería decir esto abiertamente, pero aquí estoy, explicando qué se me pasa por la cabeza cada vez que insinuo que innovar es bueno.
¿Y las editoriales pequeñas?
Como integrantes de una editorial pequeña (microeditorial) nos puede interesar mucho la innovación, el cambio de paradigma, el nuevo status quo. Precisamente porque gracias a un cambio de paradigma, podemos tener la oportunidad de formar parte del sistema editorial. No en el sentido de que “tienen que irse unos para que entren otros”, pero los cambios ofrecen grietas que pueden ser aprovechadas por equipos pequeños que quieran crear proyectos de valor para este nuevo paradigma.
Innovación para la nueva generación de lectores…
- Distribución inmediata de contenidos (no entenderán que haya libros que no puedan adquirirse en formato electrónico)
- Distribución de fragmentos de los libros de manera gratuita (luego, si interesa, pagar por todo el contenido)
- Libros impresos de calidad muy cuidada, ediciones curadas
Y no quiero continuar porque esta entrada “no va de ellos” [la nueva generación de lectores].
Sector cultural + innovación = divulgación de la cultura
Desde el punto de vista del sector cultural vinculado a tradiciones europeas, es positiva también la innovación. La mayor parte de la innovación que se realiza proviene de otros países y, en España, en el ámbito de edición digital de libros enriquecidos, ha provenido de pequeñas y pocas empresas (editoriales valientes), pero no es una corriente mainstream, más bien es underground. En cambio, “fuera” hay editoriales como Harper Collins, Random House, Faber and Faber… que han dado el salto a estas nuevas narrativas digitales de una manera elegante y con mucho rigor. Si en España se innovara (y parece que las editoriales españolas están aterrorizadas y ahora mismo ni se lo plantean), se podría situar el país en el punto de mira internacional, de tal manera que la cultura realizada en este país se exportara mejor y, al final, todos ganaríamos. Los autores serían más leídos, la cultura se internacionalizaría.
Responsabilidad con los lectores del futuro
Hay otra cosa a tener en cuenta cuando hablamos de innovación. Actualmente, estamos usando tecnologías y modelos de negocio creados hace más de un siglo. Estas tecnologías y estos modelos de negocio fueron creados por otros, por nuestros antepasados. Ellos se esforzaron en innovar, en traer algo nuevo al mundo, en ofrecer métodos alternativos para divulgar la cultura (¡pensemos en la invención de la imprenta!). Está bien usar estas tecnologías, estas narrativas ya creadas, pero si queremos pasar por este mundo usando tecnologías y narrativas inventadas por otros sin aportar nada nuevo a la sociedad, a la cultura, creamos innovaciones que pasarán a formar parte de la herencia para nuestros descendientes. ¿Y es esto positivo? Sí, definitivamente.
Imágenes: de la fotógrafa Li Hui