¿Cómo presupuestar un diseño de revista digital?
Hoy daremos en el Postgrado en Ediciones Digitales de BAU una masterclass sobre modelos de negocio en revistas digitales, publicidad interactiva y -quizá para algunos será lo más interesante- consejos de cómo presupuestar, cómo plantear presupuestos y proyectos, contratos, etc. La gran pregunta que todos nos hacen al final de un curso de diseño de revistas digitales es: ¿Y qué tengo que cobrar por un diseño de una revista digital? La pregunta en sí, formulada inocentemente, parece que pueda tener una respuesta clara. Pero la verdad es que una pregunta así no puede responderse con un importe fijo y estándar, sino que para poder calcularlo habrá que tener en cuenta muchos factores individuales.
Tenemos que confesar que uno de los motivos por los cuales escribimos esta entrada es que algunas personas se nos enfadan (literalmente) cuando no les decimos el precio al cual tienen que cobrar sus diseños. Es un intento de que entiendan que nosotros no somos nadie para decirles lo que ellos tienen que cobrar a sus clientes y, a la vez, es una llamada para que todos asumamos nuestra parte de responsabilidad en nuestros propios negocios.
¿Por qué no podemos establecer un precio fijo por el diseño de una revista digital?
En primer lugar, un diseño de una revista digital no es un objeto físico que pueda distribuirse y venderse. Se trata de algo confeccionado a mano (sí, aunque con un ordenador), que no ha nacido de una cadena fabricación en masa. No se trata de vender un coche fabricado en una fabrica junto a miles de otros coches más. Evidentemente, para que un fabricante pueda vender un coche necesita ponerle un precio fijo que ha establecido anteriormente según unos criterios (qué margen de beneficios quiere, cuáles son los costes de producción, qué inversión de marketing hará para poder venderlo, entre otras muchas variables). Hay coches baratos y coches de lujo: la diferencia puede ser la percepción de la marca (el caché, en el diseñador) por parte del consumidor, el uso de materiales de lujo… En el caso de un diseño, tenemos que hablar de un trabajo realizado a medida para un cliente que tiene sus propias necesidades, exigencias, urgencias, etc. Ahora imaginémonos que pedimos un coche totalmente a medida, evidentemente, el fabricante tendría que hacer algún cálculo para saber a qué precio venderlo. Porque no podría saber de antemano qué es lo que queremos y por eso no podría saber a cuánto cobrárnoslo.
Asumir responsabilidades
La prisa por saber un precio fijo al cual vender nuestros diseños puede ser también muy traicionera. Y si yo te digo: véndelo a 3€. ¿Qué harás? No lo venderás a 3€, es obvio. Verás que te estoy estafando. Y si te digo que lo vendas a 30.000€… seguramente también pensarás que me estoy pasando. Esto quiere decir que aunque no sepas a qué precio hay que vender un diseño de una revista digital, sí sabes un poco lo que “es mucho” y lo que “es poco”. Entiendo que todos navegamos un poco en la incertidumbre… ¿estamos cobrando poco? ¿estamos cobrando mucho? Pero lo que no podemos esperar es establecernos como autónomos y esperar que otros nos pongan el precio al cual trabajamos. Si somos autónomos (freelance) deberemos asumir la responsabilidad de saber llevar un negocio, aunque sea mínimamente. Al fin y al cabo somos emprendedores. Pretendemos que nuestra empresa, aunque sea de un sólo trabajador, dé sus frutos. Esperamos obtener beneficios, ir de vacaciones, tener jubilación y un montón de cosas. ¿No? Pues tenemos que asumir que todas estas responsabilidades son ahora nuestras.
¿Qué quiere decir esto? Que tendremos que esforzarnos presupuesto tras presupuesto, cliente tras cliente, trabajo tras trabajo, en encontrar una fórmula para calcular nuestras tarifas que nos permita no sólo sobrevivir, sino también obtener beneficios, ahorrar para poder comprar más equipo, invertir en marketing y un sinfín de cosas. No podemos esperar que otros nos digan cuáles deben ser nuestras tarifas, ya que somos emprendedores tenemos la responsabilidad de atrevernos a salir ahí fuera y decir un precio. Puede dar mucho miedo -al fin y al cabo se trata de valorarse uno mismo-, pero la satisfacción de hacerlo es también muy grande.
Y vuelvo a la pregunta, ¿Por qué no podemos establecer un precio fijo (desde este blog) para el diseño de una revista digital?
- Porque esto depende de las tarifas del propio diseñador (expectativas, margen de beneficios, costes, nivel de vida)
- Porque esto depende del caché del propio diseñador (¿lleva 20 años en el sector y tiene una reputación increíble o es un recién salido de la escuela sin experiencia?)
- Porque esto depende de qué tipo de revista digital va a ser (muy interactiva, poco interactiva, réplica de PDF)
- Porque esto depende de cuántos profesionales puedan estar involucrados en la creación de esta revista (fotógrafos 360º, programadores html5, animadores)
- Porque esto depende de la prisa y urgencia que tenga el cliente
- Y de otros muchos factores…
Cómo presupuestar
Hace unos meses hablamos en este blog de las posibilidades que hay a la hora de poner un precio a nuestras tarifas de diseño de publicaciones digitales. Comentamos la opción de calcular el precio por hora con la web calculadorafreelance. Hay otras opciones para poder calcular un presupuesto:
- Podemos establecer un precio fijo por proyecto
- Podemos establecer unas tarifas fijas según rangos (por ejemplo, “revista de 100 páginas, X€”, “revista de 120 páginas, X€”, “diseño de una portada animada, X€”)
- Podemos trabajar gratis a cambio de ser socios
- Podemos establecer el precio por hora. Y un precio por hora dependiendo de la dificultad de la tarea
- Podemos establecer un precio fijo por proyecto con un máximo de horas y si esas horas se pasan, empezar a cobrar por horas. Si esas horas no se pasan, hablar con el cliente de qué hacer con esas horas.
Opciones, como podéis ver, hay muchas. Al final cada profesional acaba encontrado su propia manera de hacer estos cálculos, una manera en la que puede ver, como decíamos, que no sólo sobrevive sino que encima gana dinero y puede ir de vacaciones (por poner un ejemplo).
Los riesgos de ser freelance/autónomo y/o tener una pequeña empresa
Después de ver cómo presupuestar y ver que realmente podemos calcular nuestras tarifas como queramos o como nos sintamos más cómodos, entendemos que todo esto no puede hacerse sin incurrir en un riesgo. El riesgo de calcular mal nuestras tarifas y arruinarnos. Claramente. Si decidimos cobrar 2000€ por el diseño de una revista digital y decidimos que no trabajaremos para ningún otro cliente mientras hagamos esta revista, tendremos que saber que si nos estamos varios meses realizando este proyecto nos arruinaremos, literalmente. Entre las tarifas de autónomos, alquileres, facturas, la comida que tenemos que comer, etc. estos 2000€ divididos en, por ejemplo, 4 meses, pueden suponer nuestra ruina. Además que, evidentemente, no cobraremos los 2000€ por adelantado. Seguramente cobraremos una paga y señal (30%, por ejemplo) y luego a medida que el proyecto avance podremos ir cobrando un poquito más. Y esto, planteado de esta manera, no da para vivir.
También nos puede ocurrir que estemos trabajando en un proyecto más o menos grande que, por ejemplo, nos lleve 3 meses y que estos 3 meses sean “bien cobrados” y que igualmente nos arruinemos. ¿Por qué? Porque hemos dedicado el 100% del tiempo a realizar el proyecto y nos hemos olvidado que somos emprendedores y que, por lo tanto, también tenemos la responsabilidad de hacer una inversión de tiempo en marketing (darnos a conocer para que nos contraten otros clientes en el futuro). Y aquí es cuando el famoso refrán “El pan de hoy es el hambre de mañana” tiene un sentido muy claro. No quiero desalentar a nadie, pero sí que es necesario que cuando nos embarquemos en una aventura como la de ser autónomos o la de hacer una empresa, asumamos todos los posibles riesgos que esto conlleva. Nadie nos salvará de todo esto. Estamos “solos” ante la cruda realidad.
Por eso es conveniente tener amigos, colegas y otros profesionales amigos con los que desahogar nuestras penas, comentar qué hacer con posibles impagos, comentar las arduas tareas burocráticas del autónomo y otras cosas que tendremos que asumir.
Completamente de acuerdo con la mirada con la que abordas el tema: es algo muy delicado, y no existe “un precio”.
Hay que aprender de cada proyecto, observar cuáles son tus necesidades reales y seguir adaptandose. No se trata de conseguir un proyecto de cualquier manera: competir por precio es la ruina.
Tener en cuenta, como dices, el tiempo, la experiencia, el valor aportado así como que ese trabajo cubra realmente los gastos (sí, los de la comida y el techo, los del trabajo, los de los impuestos, los de invertir en tí mismo o en tu equipo,…): si no es así, entonces realmente no tenemos un negocio, tenemos un agujero negro y tarde o temprano tendremos que abandonar.