Fuera del cubo blanco: cómo el museo puede reinventarse saliendo de su propio espacio
Los museos y las galerías de arte tienen la oportunidad hoy en día con las nuevas tecnologías de salir de sus propias paredes. Mediante la presencia en la red (webs, redes sociales, etc.) y, sobre todo, mediante la publicación de Apps, los museos pueden por fin distribuir sus contenidos consiguiendo cumplir con sus objetivos básicos de divulgación y comunicación y, además, obtener beneficios.
¿Cuál es la función de un museo?
Preguntémonos primero cuál es la función de un museo. Según Wikipedia:
Resumiendo, básicamente, las funciones de un museo son:
- Servir a la sociedad
- Adquirir obras con un valor cultural
- Investigar
- Comunicar
- Exponer
- Educar
¿Y el cubo blanco?
De la definición de museo llama la atención de que en ningún momento se hable del museo como edificio. Siempre que pensamos en museo, pensamos también en un edificio. Ya se han encargado de que nos quede esta idea fijada en la cabeza. Cada museo tiene su particular edificio. Cada museo tiene su particular manera de mostrar las obras que adquiere. Pero lo que todos suelen tener son paredes blancas, de ahí la idea del cubo blanco. En el año 1976 Brian O’Doherty escribió tres ensayos publicados en la revista Artforum titulados “Inside the White Cube, The Ideology of the Gallery Space”. O’Doherty explica la convención del cubo blanco en galerías y museos, la idea de que el cubo blanco no es un espacio neutro, es un espacio con sus propias leyes y con cierta ideología. Según O’Doherty el propio ‘cubo blanco’ que son las galerías y los museos es un objeto estético en sí que crea un contexto determinado y que hace engendrar un tipo en concreto de obras. * podéis leer los ensayos de O’Doherty aquí o comprar el libro aquí.
Salir del cubo blanco
Se puede salir del cubo blanco, se pueden distribuir los contenidos fuera del propio cubo blanco. Deberían distribuirse los contenidos, de hecho. Al fin y al cabo en la pequeña lista de funciones de los museos encontramos: “comunicar”, “educar”, “servir a la sociedad”. Para hacer estas tres cosas, creo, hay que distribuir contenidos. Hay que hacer que el conocimiento sea accesible.
Los museos como creadores y distribuidores de contenidos
Y aquí es cuando entra una nueva manera de enfocar las funciones de los museos. Los museos como creadores de contenidos, los museos como distribuidores de este contenido. Un museo puede publicar una aplicación en la que encontramos contenido que pueda ser visto en el propio museo (realidad aumentada), pero puede también publicar una aplicación para que gente de cualquier parte del mundo pueda recibir investigaciones que el museo promueve, información que sólo el museo tiene… De esta manera, el museo puede tener ‘visitantes virtuales’ que acceden a sus contenidos. No se cobra entrada, pero puede cobrarse por descargarse la App y así obtener una fuente de ingresos. Se puede, así, no sólo cumplir con la función educativa y de divulgación de un museo, sino además rentabilizar toda la producción/investigación que los museos realizan. Estoy segura de que muchísimas personas están esperando algo así. Estamos en la era de la información y tenemos la oportunidad de distribuir conocimientos de una manera fácil. ¡Hagámoslo!